CAUSAS DE PRÓTESIS DE RODILLA DOLOROSA

CAUSAS DE PRÓTESIS DE RODILLA DOLOROSA
Las causas se dividen en extrínsecas, es decir, ajenas a la propia prótesis y a su función e intrínsecas, es decir, las relacionadas con la implantación, la alineación, la movilidad u otros problemas de la propia prótesis.
A- Causas extrínsecas: Incluyen la patología de la cadera o de la columna (estenosis del canal lumbar, hernia discal, problemas degenerativos), el Síndrome de Dolor Regional Complejo (SDRC), las complicaciones vasculares, las fracturas periprotésicas, las osificaciones heterotópicas, las bursítis y tendínitis periarticulares, enfermedades generales (Paget, artrítis reumatoide) o locales (sinovítis villonodular pigmentada y otras sinovítis crónicas), patología del tobillo y pie que condicione una alteración de la marcha (ej, pie plano)…, entre otras.
B- Causas intrínsecas: Las principales son la infección articular, la inestabilidad y el aflojamiento aséptico.
La artrofibrosis o la rigidez de la rodilla puede ser secundaria a una mala técnica quirúrgica, por desequilibrio de los espacios en flexión y extensión, por liberación inadecuada de los ligamentos colaterales, por sobredimensión de los componentes articulares o por mala alineación de los mismos, o puede ser idiopática, de causa desconocida. La mala posición de los componentes o el mal equilibrio de las partes blandas pueden facilitar el desgaste precoz del polietileno o la rotura del mismo.
Los problemas del aparato extensor son una causa frecuente de dolor. Estos incluyen la mala alineación rotuliana, la lesión del tendón rotuliano o cuadricipital, la fractura de la rótula, la rótula alta o baja por fibrosis o por mala técnica quirúrgica o los pinzamientos de partes blandas, como el llamado resalte patelar, que pueden asociarse al diseño de algunas prótesis o a mala liberación y equilibrado de las estructuras de la rodilla.


La serie blanca, los góbulos blancos. sangre

Aunque generalizamos llamando al grupo de glóbulos blancos o leucocitos, éste está compuesto por distintos tipos, encargados de diversas funciones de defensa en nuestro cuerpo. Identificar para que sirven será importante al momento de detectar cuál o cuáles de ellos se encuentran bajos en la sangre y las posibles causas y consecuencias de este descenso.
-Los linfocitos: producen anticuerpos y destruyen las células anormales.
- Los monocitos: se encargan de fagocitar, es decir de comerse a distintos organismos o restos celulares.
- Los Neutrófilos: son los más abundantes del grupo, al igual que los monocitos realizan la fagocitosis de organismos como los hongos y las bacterias.
- Los Basófilos: son los menos abundantes en nuestra sangre, participa en los procesos de respuesta inmunitaria favoreciendo la liberación de sustancias como las histamina o la serotonina.
- Los Eosinófilos: ademas de fagocitar, estos leucocitos son responsables de regular la respuesta alérgica y las reacciones de hipersensibilidad que se producen ante la presencia de un organismo extraño en el cuerpo.

Cómo aumentar los glóbulos blancos


Los glóbulos blancos juegan un papel importante en el cuerpo, ya que combaten las infecciones. Si tu conteo de glóbulos blancos es demasiado bajo, eres más susceptible a una infección o a un virus. Para aumentar los glóbulos blancos, tendrás que darle un empujón a tu sistema inmune .

Necesitarás

  • Un suplemento de vitamina C
  • Un suplemento de vitamina E
  • Un suplemento de omega 3
  • Un suplemento de zinc
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Instrucciones

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    Toma mucha vitamina C. La vitamina C no sólo se puede encontrar naturalmente en verduras y frutas, como las naranjas, sino que también está disponible en suplementos. Toma un mínimo de 200 miligramos de vitamina C al día e incorpora varias porciones de frutas y verduras diariamente. Si tomas suplementos de vitamina C, repártelos a lo largo del día.
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    Añade vitamina E a tu dieta. La vitamina E ayuda al sistema inmunológico al aumentar las células inmunitarias que crean anticuerpos que combaten las bacterias. La vitamina E se puede encontrar en semillas, verduras, cereales y aceites.
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    Consume las calorías necesarias para evitar la pérdida de peso. Come alimentos integrales, tales como los frijoles y las legumbres. También asegúrate de incluir muchas proteínas en tu dieta. La carne magra de pollo, el pescado y los huevos son alimentos ricos en proteínas.
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    Incluye los ácidos grasos Omega 3 en tu dieta. Los alimentos ricos en ácidos grasos omega 3 incluyen el aceite de linaza y pescados como el salmón y el atún. También puedes obtener ácidos grasos de suplementos como la linaza o el aceite de pescado.
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    Consume de 15 a 25 miligramos de zinc al día. Los alimentos ricos en zinc incluyen las ostras, el cangrejo, la carne de res, el pavo, los frijoles y los cereales fortificados con zinc. El zinc también puede ser adquirido a través de suplementos.
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    Ayuda a que tu médula ósea produzca más glóbulos blancos a través de un tratamiento médico. Ciertos medicamentos aumentan las células blancas de la sangre y restauran la capacidad del cuerpo para combatir las infecciones. Consulta a tu médico.
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    Considera la posibilidad de tomar esteroides. El sitio web de la Asociación de Apoyo contra la Neutropenia Inc. dice que los esteroides son eficaces en el aumento de glóbulos blancos. Los esteroides promueven la salida de los glóbulos blancos de la médula ósea para entrar en el torrente sanguíneo.
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    Busca un trasplante de médula ósea si tu conteo de glóbulos blancos es muy bajo y no hay otros métodos que funcionen para aumentar el nivel de los mismos. Con un trasplante, la médula ósea defectuosa se sustituye por la médula ósea sana de un donante.

La salud por el ejercicio y la vitamian C

Toma suplementos de vitamina C. La vitamina C cumple la función de fortalecer el sistema inmunológico y de generar defensas contra las enfermedades. También combate el estrés, los virus del resfriado y muchas otras bacterias e infecciones que intentan ingresar al cuerpo.
Ejercítate de una manera adecuada, 30 minutos tres veces por semana. El ejercicio moderado fortalece al sistema inmunológico e incrementa las defensas contra las infecciones y enfermedades. Cuando te ejercitas, aumentas tu circulación y tu metabolismo. Esto permite que los alimentos nutran las células del cuerpo a medida que se absorben las vitaminas y los minerales. Este proceso contribuye al funcionamiento saludable del organismo entero, incluyendo la producción de los glóbulos blancos.